jueves, febrero 10, 2011

Eres hijo de alguien

(de Jerzy Grotowski)

Cada vez que nos limitamos a ciertos términos, empezamos a flotar en el mundo de las ideas, de las abstracciones. Entonces podemos encontrar fórmulas extremadamente reveladoras,
pero que pertenecen al reino de los pensamientos y no al reino de las realidades.

El arte es profundamente rebelde. Los malos artistas hablan de rebelión, los verdaderos artistas hacen la rebelión. La rebelión puramente verbal y anárquica implica el rechazo a nuestras propias responsabilidades, lo que en el ámbito artístico aparece como formas del diletantismo: no se es creíble en el oficio, no se tiene la maestría, muchos menos la capacidad. Por el contrario, el arte como rebelión consiste en consumar un hecho trascendente que empuje los límites impuestos por la sociedad, impuestos por el poder.
En las sociedades de tradición, es el ritual el que ejerce el control y la cohesión del performer. Pero en las sociedades modernas cada individuo debe resolver para sí mismo el conflicto de no sucumbir ante los contenidos concientes e inconcientes de la psique.

Estamos obligados, fuera del ritual a conservar nuestra calidad humana. Esta condición, de nuestra naturaleza ética, es contemplada en culturas ancestrales con una metáfora anatómica: estar de pie. Para ser hombre, entonces, es menester conservar la rectitud, el eje vertical.

En las técnicas tradicionales del arte del performer , hay una tensión fundamental entre estos dos polos: se está en el principio, en el origen, en el instinto, pero es posible partir de ahí hacia la socialización, hacia estar de pie.

Como performer, encuentras entre los extremos del cuerpo arcaico y de la conciencia los problemas a resolver con respecto a tu oficio. Por ejemplo, has de cantar una canción, pero quién es la persona que en realidad canta la canción? Eres tú? Si se tratase de una canción de tu abuela, seguirías siendo tu quien la cantara? Al estar explorando la herencia de tu ancestro mediante tu cuerpo, no son ni tú ni tu abuela quienes han cantado: eres tú. explorando a tu abuela mediante la herencia del canto.

Quizás puedas ir más atrás, retroceder aun más hacia algún tiempo difícil de imaginar, donde por primera vez se canto esa canción. Tal vez comenzó en el momento de alimentar una hoguera en la montaña, cuando alguien cuidaba los animales y , al calor de ese fuego el pastor comenzó a repetir las palabras del tema. Aun no existía la canción era un bálsamo, un mantra. Hoy tienes que observar esa canción y preguntarte cuáles son sus palabras ancestrales, semillas de la encantación original. Han desaparecido estas palabras? Como
saberlo?

Si eres capaz de viajar hasta el comienzo no sólo entras en contacto con la herencia de tu abuela sino con el legado de tu estirpe, de tu país, de tu pueblo, del lugar donde se encontraba el pueblo de tus padres, de tus abuelos. Reencuentras lentamente las primeras encantaciones. Reencuentras el fuego, el paisaje, los animales. En la forma en que cantas se vislumbra el contexto primigenio de la canción : la montaña , el llano.

Descubrirás, finalmente, que eres de alguna parte. Como se dice en una expresión francesa, eres hijo de alguien. No eres un paria: perteneces a un sitio, a un paisaje, a una comunidad.
Nunca fuiste solo.



Extracto de una disertación de Jerzy Grotowski en Florencia 1985
fuente revista D.C.O

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